Beaterios flamencos

Beaterio de Brujas

La historia de los Beaterios o Beguinarios es una historia interesantísima, quizá sea la primera manifestación de feminismo.

La Edad Media fué una época muy convulsa; las guerras constantes, las cruzadas y las enfermedades hicieron que padres, maridos y hermanos dejaran a muchas mujeres solas, lo que en ese momento significaba que se quedaban desvalidas y sin protección.

Puerta de entrada al Beaterio de Brujas

En Flandes algunas de esas mujeres empezaron a unirse para vivir juntas y protegerse las unas a las otras. Crearon comunidades de mujeres que no dependián de los hombres , en las que vivían sin inseguridad y sin miedo al desamparo, este es el origen de los Beaterios. Hoy 13 de los ubicados en Bélgica son Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO.

Beaterio de Lovaina

Eran comunidades semi-religiosas, no vinculadas a órdenes religiosas. Las beatas tomaban voto de castidad y obediencia a la Beguina Mayor, pero no de clausura. Podían vivir con sus hijos pero los varones al llegar a la edad de trabajar debían abandonar la comunidad. Si una de ellas decidía volver a casarse, o quizá su marido regresaba de una guerra lejana en la que se le había dado por muerto, podía casarse o volver con su marido con la condición de marcharse.

No hacían voto de pobreza por lo que dentro del recinto había casas más grandes y más pequeñas, beguinas que compartían casa y otras que tenían servicio. Todas dedicaban su vida a la oración y a ayudar a los demás, a pobres y a enfermos. En algunos se dedicaban a la fabricación de encaje, en otros como el de Malinas elaboraban cerveza. Las beginas podian salir del recinto por el día pero al anochecer debían volver y las puertas se cerraban.

Estos recintos siguen siendo un remanso de paz aunque ya no vivan beguinas en ellos. El de Lovaina por ejemplo pertenece a la Universidad y aloja a visitantes y estudiantes, en el de Malinas se sigue fabricando la misma cerveza que tanto le gustaba a Carlos V, en otros podemos visitar museos que nos explican como vivian estas valientes mujeres que lucharon por su independencia y por tener una vida mejor.

Saludos,

I.

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La cerveza favorita de Carlos V

Carlos V nació en Gante pero se crió en Malinas con su tía Margarita de Austria desde que sus padres partieron a España tras la muerte de su abuela Isabel la Católica.

Bien conocida es la pasión que sentía por la comida y la bebida que le llevó a padecer una enfermedad gotosa que le dejo inválido.

Su bebida favorita era la cerveza, concretamente la “Bruinen van Mechelen“ o cerveza negra de Malinas. Cuando Carlos llegó a España en nuestro país era más popular el vino, no había una gran producción de cerveza ni era costumbre servirla en los banquetes. Su médico personal, Luis Lobera de Ávila decía en su libro “Vanquete de nobles cavalleros e modo de bivir desde que se levantan hasta que se acuestan” (que buen título), que “en España hay muy buenos vinos e muy buenas aguas e hay poca necesitáis as de cerveza, no está en costumbre”.

Aún así poco a poco los castellanos fueron acostumbrándose a ella, siguiendo los gustos del Emperador.

Tanto le gustaba la cerveza de Malinas que la hacía llevar allí donde estuviese, en España o en alguna de sus múltiples campañas militares. Los barriles eran marcados con una réplica de la moneda de oro acuñada en ese momento en Flandes que llevaba la efigie del Emperador montado a caballo y llamaban “Gouden Carolus“, por este motivo comenzó a conocérsela con ese nombre.

La Gouden Carolus sigue fabricandose en el mismo sitio, dentro del beguinario de la ciudad de Malinas.

Los beguinarios o beaterios aparecieron en Europa, especialmente en Flandes, en la Edad Media, eran comunidades formadas por mujeres solteras o que se habian quedado solas. Las constantes guerras, las enfermedades provocaban que padres, maridos y hermanos dejaran las mujeres solas sin protección masculina. Empezaron a unirse para vivir juntas y protegerse. Trabajaban para ganarse el sustento y precisamente en Malinas fabricaban la cerveza preferida del Emperador.

Web Het Anker

A finales del S. XIX la familia Van Breedam compró las instalaciones y creó una moderna fábrica, a la que bautizó con el nombre de Het Anker, en la que siguió fabricandose la cerveza con la receta original de las beguinas.

Hoy en día cuenta con hotel, restaurante y realiza visitas guiadas además de muchos tipos de cerveza, como la especial de navidad.

Het Anker fabrica el 24 de febrero de cada año para conmemorar el aniversario del emperador la Cuveé van der Keizer y organiza una jornada de puertas abiertas.

Pinterest

Todo un mundo el tema de las cervezas Belgas….

Para más información

https://www.hetanker.be

Saludos,

I.

Abadía de Villers

La Abadía de Villers se encuentra en un lugar remoto, lleno de paz, donde los monjes podían llevar a cabo su máxima “Ora et Labora“. Sus ruinas constituyen uno de los conjuntos arqueológicos más importantes y bonitos de Belgica, considerados como Patrimonio Mayor de Valonia.

Fue fundada en el año 1146 durante la radical renovación que supuso la reforma Cisterciense, por 12 monjes procedentes de a Abadia de Claraval y 5 hermanos laicos.

Sin duda lo más impactante de todo el conjunto arquitectónico es la Iglesia, 94 metros de longitud con las bóvedas de la nave a 23 metros. Sobria, siguiendo la estética cisterciente, pero imponente.

Sus cinco jardines forman parte del Patrimonio de Jardines de Valonia y están clasificados según el tipo de plantas con lo constituyen; medicinales, ornamentales, aromáticas… En verano albergan espectáculos de música y teatro.

A través de un cuaderno interactivo los niños pueden guiar a sus padres por la abadía intentando resolver un enigma con la ayuda del monje Radulphe. Es una actividad entretenida.

Fuente pag web de la Abadia
Fuente pag web de la Abadía
Fuente pag web de la Abadía

Durante 650 años los monjes cistercienses habitaron en el recinto y fueron adaptando el área a sus necesidades llegando a tener mucha importancia. A partir del S. XVI comienza su decadencia hasta que en 1796 la Revolución Francesa acabó con las órdenes religiosas y vendió el lugar a un mercader de materiales que desmontó la Abadía pieza a pieza y acabó siendo lo que vemos hoy. A lo largo del siglo XIX, durante el romanticismo, fueron muchos los visitantes que se acercaron a las ruinas en busca de inspiración, finalmente el Estado Belga compró el lugar y comenzó su restauración.

Es una visita sorprendente e inesperada, en medio de un bosque te encuentras estas ruinas maravillosas que te transportan a otros tiempos.

La “Ruta de las Abadías Europeas Cistescienses“ certificada por el Consejo de Europa invita a visitar el gran legado que nos dejaron los monjes de la Orden del Cister.

Para mas información

http://villers.be/fr

https://www.coe.int/es/web/cultural-routes/the-european-route-of-cistercian-abbeys

https://www.cister.net/abbayes/

Saludos,

I.